1.4.-
Las Religiones y La
despenalización de conductas humanas respecto a la
sexualidad y
la capacidad reproductiva
Varias sociedades
democráticas modernas, a través de la justicia sin
contar con las religiones,
han despenalizado ciertas conductas humanas que implican una
decisión individual respecto a la sexualidad, la capacidad
reproductiva y el control sobre la
duración de la vida o sobre la calidad de
vida que se considera digna. Paradójicamente un pueblo
tan creyente como España, es
una de estas sociedades. Los procesos que
han llevado a esta realidad han significado una serie de
confrontaciones ideológicas inevitables, pues cuando
existen concepciones diferentes sobre la vida no hay manera de
ponerse de acuerdo sobre cuáles son los principios
fundamentales de la misma.
Ni siquiera la filosofía racionalista, que ha
desarrollado un esfuerzo sostenido para encontrar
estándares universales de justicia con base en la
razón, ha logrado establecer un marco adecuado de ideas
sobre el comportamiento
moral y la
religión.
No hay un criterio universal en las religiones o en la justicia.
Hoy en día, en las sociedades democráticas, la
autodeterminación y el derecho a disponer del propio
cuerpo son principios éticos no religiosos.
Es muy complicado tomar decisiones religiosas en
cuestiones relativas a la vida cuando existen perspectivas
opuestas. Entender en qué radica la confrontación
puede ayudar a deslindar el criterio religioso de los procesos
jurídicos tendientes a establecer nuevas normas de
convivencia moral. Sin embargo, la acción
responsable de sociedades modernas ha logrado introducir nuevas
valoraciones en el complejo problema de las técnicas
de Reproducción Asistida, TRA, planteando por
cierto, el derecho a la pareja a decidir cuando existe un
problema de infertilidad. Tal es el caso de Inglaterra,
Francia,
España, Colombia,
México,
donde se han cuestionado los avances
tecnológicos que han permitido la utilización
de estas técnicas. "A medida que lo biológico es
más conocido, se hace evidente que la familia no
está relacionada para nada con lo biológico. Lo
decía Lacan en los años treinta: la familia es una
estructura
simbólica y social. El objetivo de la
familia es la transmisión de los bienes y de
los
valores".
1.4.1.- Las nuevas estructuras
familiares
Brousse sostiene que uno de los cambios más grandes de
nuestra época es el cambio en la
estructura de la familia. No solo porque ahora hay matrimonios
gay que adoptan niños o
recurren a la reproducción asistida.
De acuerdo con Brousse, todas estas formas acarrean
cambios de valores que
ahora cuesta prever. "Antes, los niños se
introducían a la diferencia a partir de la
diferenciación sexual hombre–mujer". Ahora
no. ¿Cómo va a funcionar la diferencia?
Puede que la forma de diferenciación se haya
desplazado a las diferencias de las identidades. "Todavía
no hay suficientes casos clínicos para adelantar una
hipótesis sobre lo que va a venir. Pero la
gente que fue adoptada por homosexuales, al igual que la gente
que nació a partir de técnicas de
reproducción asistida, van a analizarse y entonces los
analistas van a saber" .
El verdadero aporte de la ciencia es
servir a la humanidad sin negar el sentido perecedero de la vida
biológica: informando y acompañando a la pareja en
la toma de
decisiones. El mensaje liberador de las TRA reivindica la
libertad de
elección del sujeto y respeta su voluntad. Para ello se
requiere aceptar la existencia de la pluralidad, de la
diferencia, como fundamento de la condición humana. Desde
dicha perspectiva lo inmoral, lo poco ético, es la
violación de la decisión de la persona, de su
libertad de conciencia, y no
una supuesta objetividad del valor de la
familia, las parejas se estudian y se les enseña
cuál es la técnica que más debe convenir
para su caso.
En México al igual que en varios países de
América
Latina el debate de la
Reproducción Humana, no se ha centrado en los embriones y
las TRA, sino en el aborto.
Éste es por el momento el tema más controvertido,
entre otros aspectos porque la discusión sobre el mismo no
se limita a especialistas, sino que ha involucrado a la sociedad en su
conjunto. La controversia se debe a que la cuestión a
definir: la interrupción de la vida de una persona o del
proceso
mediante el cual se llega a ser persona se puede formular desde
varias posiciones que tienen que ver no sólo
con cuestiones racionales o científicas, sino
también con valores y posturas
ideológicas.
En República Dominicana ocurre lo mismo, se
discuten más las técnicas anticonceptivas dentro de
la reproducción humana, que las TRA.
En los países latinoamericanos todavía los
valores recogen aspectos de la experiencia y la potencialidad
humanas y reflejan las normas que las personas crean para
convivir. De ahí que la autodeterminación y el
derecho a disponer de su cuerpo sean principios morales –
religiosos no éticos. Pero en la última
década del milenio pasado ya se comparten los valores
laicos que animan a la ciencia en su
búsqueda de verdades. En la medida en que los desarrollos
científicos y técnicos desarrollaron una nueva
información y aumentaron las posibilidades
de los seres humanos de ejercer su autonomía, los valores
laicos cobran relevancia.
- Un ejemplo ilustrativo de preeminencia de un valor
laico en el país es el uso de anticonceptivos: aunque la moral
católica, todavía hoy en este nuevo milenio,
considera pecado el uso de métodos
anticonceptivos y los prohíbe a todos, con
excepción del método
natural del ritmo y la abstinencia, la mayoría de las
personas en las sociedades no comparte esa opinión y
tres cuartas partes de las mujeres en edad fértil usan
métodos
anticonceptivos, en el mundo. Es obvio que las acciones de
ciudadanas y ciudadanos han ido ampliando y transformando los
márgenes de lo que se considera moralmente aceptable por
la religión Católica, sin entrar en conflicto
con otras religiones.
En realidad, las interpretaciones existentes sobre las
TRA, se ubican en la perspectiva laica, que reivindica que las
personas deben ser responsables de sus acciones. Al respecto, un
problema importante es el distanciamiento entre los
códigos legales existentes y las nuevas pautas
éticas sobre las mismas. Esta brecha establece un margen
de ilegalidad para quienes comparten la perspectiva
científica que privilegia el nacimiento de un nuevo ser
por estas técnicas y la interrogante de qué se
está haciendo con los óvulos fecundados que no
pueden transferirse, o con el nacimiento de un niño o
niña en el seno de una pareja gay.
1.4.2.- La posición de la Religión y
los embriones sobrantes:
Uno de los graves problemas
dentro de las TRA, es la FIV/TE y la acumulación de muchos
miles de embriones. El destino de estos embriones sobrantes
pueden ser tres: la crioconservación, la
destrucción o la investigación genética.
- Se recurre a la crioconservación de embriones
sobrantes con el fin de ser utilizados posteriormente en los
mismos padres, o poder ser
donados, a veces sin el
conocimiento de los padres donantes ni de los receptores.
La crioconservación atenta contra la dignidad del
ser humano, pues esas personas son tratadas meramente como
productos de
un laboratorio,
descongelados sólo hasta que sean útiles.
Además, en el proceso de congelación y
descongelación, muchos de ellos se dañan y tienen
que ser desechados o mueren. La iglesia
Católica comenta: Pregúntese a una madre si desea
que su hijo, recién nacido, sea crioconservado, y se
negará inmediatamente. La razón por la que se
hace en los embriones es porque no han adquirido forma humana y
son considerados como parte de la técnica. - El segundo posible destino de los embriones sobrantes
crioconservados es la destrucción. Las legislaciones de
algunos países, como las de Inglaterra y España,
sólo permiten la crioconservación de embriones
hasta por cinco años. Muchos de ellos ya han pasado este
tiempo y
esto plantea la situación de un alargamiento del periodo
permitido. Evidentemente esa no es la solución. Es
moralmente ilícito este proceder pues nadie puede
disponer de la vida de otro ser humano de esa manera. La
destrucción de estos embriones sería realmente un
asesinato. - El tercero es, finalmente, el camino más
recurrido para los embriones sobrantes, el de la
experimentación, pues son estos embriones abastecedores
de material biológico útil. En España, por
ejemplo, los embriones que pasen más de dos años
crioconservados, pasan a ser propiedad
del laboratorio. En la República Dominicana no existe
una regla sobre el particular y mucho menos una ley que lo
regule. De hecho, muchos científicos han denunciado que
la verdadera causa por la que se practica en tan alto
índice la FIV/TRA, es para proveer legalmente de
embriones a los laboratorios destinados a la
investigación, siendo la infertilidad de los esposos un
pretexto. Algunos cuestionan el aspecto ético y
religioso de este asunto, a tal grado que algunos países
obligan al médico a implantar todos los embriones
obtenidos en el útero de la madre, siendo esto una
medida reprobable pues se parte de la equivocada licitud del
acto mismo de la FIV/TRA, y además, se pone en riesgo a la
madre y a los embriones implantados en un probable embarazo
múltiple.
Evidentemente, la religión establece que,
cualquier destino de los embriones es ilícito, porque en
todos se viola la dignidad de la persona y se maneja como objeto
de laboratorio utilizándolo según los beneficios de
terceros, de los cuales, en todos los casos, la misma persona del
embrión queda minimizada.
1.4.3.-Religión y donación de
ovocitos
La mayoría de las religiones (judaísmo,
islamismo, iglesias cristianas ortodoxas, católica)
están discutiendo si se prohíbe
categóricamente la donación de gametos, tanto
femenino como masculino; sin embargo, las iglesias cristianas
nacidas de la Reforma aceptan la donación de gametos
siempre y cuando se realicen en parejas casadas heterosexuales
(Junquera, 1998).
1.4.4.- El Anonimato del donante, Aspecto importante
para las Religiones cristianas:
El Anonimato del donante, es un aspecto
importante para las religiones cristianas que aceptan las TRA,
con respecto a la donación de ovocitos y espermatozoides.
En parejas heterosexuales. Es permitida por las iglesias
cristianas, no católicas. Existen diferencias con respecto
a mantener el derecho de todo ser humano (ONU, 1948) a
conocer sus orígenes y el derecho al anonimato del
donante, y entre permitir el acceso a la información de la
donante de ovocitos y el donante de semen.
En algunos países se guarda un registro de los
donantes y sólo se permite el acceso al fruto de la
donación cuando éste ha cumplido la mayoría
de edad. Llegado este punto, es necesario reflexionar sobre las
razones por las cuales es importante para los donantes mantener
el anonimato: en primer lugar, el anonimato brindaría
tranquilidad al donante y su familia futura (normalmente son
personas jóvenes) y podría evitar los problemas
surgidos de posibles derechos sucesorales del
hijo producto de
esa donación.
Pero estos intereses se enfrentan al ya mencionado
derecho fundamental que permite al individuo
conocer su origen biológico; todo esto podría ser
conciliado estableciendo pautas claras con respecto a las futuras
relaciones entre el donante y el hijo producto de la
donación. La religión Católica plantea sobre
este tema, que este es otro de los problemas para no aceptar las
TRA. Pero si revisamos el tema nos damos cuenta que no es a la
Iglesia a la que le tocaría abordar ese tema sino a la
justicia. En República Dominicana, son los poderes del
Estado:
legislativo, judicial y ejecutivo, los que tendrían que
deliberar.
Otro aspecto es la información suministrada por
los padres sobre el origen genético de su hijo. Nadie
puede obligar a los padres a que informen a sus hijos sobre sus
orígenes, pero cualquiera que sea la decisión que
tomen con respecto a revelar o no el origen, deberían
conocer la profunda responsabilidad que implica cualquier
decisión y deberían ser consecuentes con
ella.
1.4.5.- La posición de la Religión
sobre las TRA y los nacimientos dentro de parejas
gay:
La Biblia nos dice que el matrimonio fue
instituido por Dios tras crear al hombre, para proporcionar a
éste el compañerismo y la ayuda necesarios y hacer
posible la procreación de hijos (Gén. 1:27, 28;
2:18, 21-25). La sociedad humana, llamada a cuidar y administrar
la Creación, contaba así con una célula
básica sobre la cual asentar su futuro y en la que apoyar
su ordenamiento comunitario. La universalidad del matrimonio, de
la que dan fe todas las culturas antiguas y modernas, demuestra
que éste no es – como pretenden
algunos- una invención de la
«represiva» moral cristiana o
judeocristiana.
"Dios ha creado el hombre a su
imagen y
semejanza: «varón y mujer los creó»
(Gen 1, 27), confiándoles la tarea de «dominar
la tierra
» (Gen 1,28). Reciben de la persona y de sus valores
morales la dirección de su finalidad y la conciencia
de sus límites".
Los cambios en la familia contemporánea han traído
a la humanidad desde tiempos remotos problemas conductuales
profundos, "Lacan decía que, con tantas vidas que el
psicoanalista debe escuchar, nadie puede ocupar su lugar sin
tratar de comprender la subjetividad de su época. Tenemos
que dar cuenta de los cambios de nuestro tiempo. Por eso tenemos
que preocuparnos de lo político, de lo económico,
lo biológico".
Mientras más universal la cultura,
más particular será la elección de grupos que
piensan y actúan de forma muy particular en cuanto a la
sexualidad y al sexo.
¿Esos particularismos no se generan a partir del
contrapunto con sectores de la sociedad que son ampliamente
discriminadores? Se dan en cualquier sociedad independientemente
si son discriminados o no, ellos buscan su espacio y tratan de
desarrollarse como entes sociales, aún conociendo los
preceptos religiosos sobre lo biológico, sabedores de que
desde el Código
de Hamurabi y el Viejo Testamento de la Biblia se establece la
relación carnal entre un hombre y una mujer, no entre
personas del mismo sexo.
Las religiones cristianas y la católica no
están de acuerdo con la utilización de las TRA para
que parejas de gay, adopten o se provean de hijos por estas
técnicas, ya que las mismas están reservadas para
la pareja hombre y mujer que no puedan procrear por
métodos naturales.
Pero se sabe de ciudades, como es el caso entre otras de
París, donde existe un barrio gay y no se puede decir que
París sea una ciudad que discrimina a los homosexuales,
porque sus leyes protegen la
unión de los mismos. Pero aún así ellos
buscaron su barrio que funciona como un nicho de identidad no
sólo geográfico, sino de cara a los estilos de
vida, los gustos culinarios y hasta la literatura. Se conoce
además los cambios en algunas leyes para permitir el
matrimonio entre gay, caso España, que siendo un
país tan religioso dentro de la iglesia Católica,
más que de otras cristianas, la comunidad laica
ha permitido, al igual que fervorosos católicos y
cristianos, que pasen esas leyes.
Quizás debido a los cambios de generaciones;
antes no había el enfrentamiento religioso que hay ahora
con la lucha de civilizaciones. Antes, no salían a la
luz estos
conflictos
porque había grandes autoridades hegemónicas,
concientes o inconcientes del problema, que reprimían en
gran escala en los
países (Stalin, Hitler, Hussein)
entre otros. En este momento no es que el mundo esté de
acuerdo con la represión, pero se debe deliberar
más, antes de aprobar leyes que atenten con cambios tan
drásticos como el de permitir el matrimonio entre parejas
del mismo sexo; "debemos entender que la naturaleza los
dio hombre y mujer y que hasta los animales tienen
su pareja para procrear y multiplicarse".
Hoy la familia contemporánea va pareja con los
cambios que se están generando en conexiones entre
la
globalización y el Holocausto
Desde el siglo XVII se vienen desarrollando figuras como los
Derechos Humanos, organismos internacionales sobre el estudio y
la investigación sobre las TRA y el genoma, movimiento
cada vez más global de la mercancía y del ideal
democrático, donde se establece que todo debe pasar por la
estructura del mercado, incluso
los seres humanos. También se conoce sobre el intercambio
de órganos para hacer los transplantes, que van de un
país a otro, de las cirugías para cambiar de sexo.
Así como la comercialización de la tecnología a
través de la globalización. Lacan el psicoanalista de
este tiempo, permite pensar que de este modo, a través del
nacionalismo o
la religión, se desarrolla como un intento de velar por
los mecanismos de funcionamiento de la economía de mercado.
La religión y el nacionalismo son formas de proponer
sentido donde la lógica
de mercado manifiesta claramente que no lo hay. El mercado, que
es la destrucción del sentido, y la religión, que
es la creación de sentido, se complementan, aunque, por
suerte, tienen contradicciones. Mientras el mercado va a lo
más particular y fragmentado, la religión
Católica intenta generalizarlo todo. Pone a la gente a
pensar en la fe y a establecer el sacrificio. Aunque se opone a
este tipo de pensamiento
global sobre las nuevas estructuras familiares, es bien cierto
que se dan casos, dentro de la iglesia Católica, de
homosexualidad
y de sacerdotes que adoptan niños.
Se necesita un replanteo de los conceptos morales de la
religión Católica, pues mientras enarbola la lucha
contra las TRA, permite otras del mercado
global, relacionada con el hombre y su
creación.
La investigación científica,
fundamental y aplicada, constituye una expresión
significativa del señorío del hombre sobre la
creación de la humanidad. Las TRA, están
revolucionando el mundo por lo que necesitan de leyes claras, no
de negación como establece la Iglesia Católica.
¨Preciosos son los recursos del
hombre cuando se ponen al servicio de la
humanidad de manera comedida y promueven su desarrollo
integral en beneficio de todos"; la ciencia y la técnica
no pueden indicar por sí solas el sentido de la existencia
y del progreso humano. Deben de estar ordenadas por el hombre,
pero dirigidas por un ser supremo en el cielo y unas leyes
terrenales que las regulen para mayor beneficio de la humanidad,
en el que tienen su origen y su incremento, Se debe retomar el
sentido y establecer qué le conviene a la humanidad sobre
las TRA, ¿quiénes deben de utilizarlas?,
¿Cómo?, ¿Para qué?,
¿Cuáles grupos de personas unidas se deben
favorecer? ¿Se debe plantear reglas claras sobre la
participación de los gay? Estas preguntas deben encontrar
respuestas dentro de los debates y no negación por
separado dentro de las religiones. Es un tema difícil y
controversial pero muy importante en este momento para conservar
la procreación y la humanidad, como la
enseñó Dios a través de las Santas
Escrituras.
1.5.- La Valoración Religiosa y los
Criterios Fundamentales.
El Dr. Marsich habla de dos criterios
fundamentales para la valoración religiosa de todo tema
relacionado con la reproducción humana. La primera
parte de que la vida es inviolable pues es sagrada y la licitud
de la transmisión de la vida, reservada sólo en el
matrimonio y de manera natural, para la religión
católica, sin nada que intervenga para obstaculizar,
antinaturalmente, la procreación, como lo establece la
Biblia.
Si cualquier método de reproducción
asistida sustituye el acto sexual, entonces es totalmente
ilícita. Pero establece esta religión que con
técnicas, como la transferencia intratubárica de
gametos y la de ovocitos a la trompa de Falopio, en donde
sólo se ayuda al espermatozoide a llegar hasta al
óvulo, no hay impedimento religioso-ético. Otras
religiones, como ya se explicó son más flexibles y
entienden el proceso de la procreación desde la Biblia con
otros preceptos de creced y multiplicaos por toda la tierra, con la
ayuda del Señor y los conocimientos del hombre.
Segundo: El debate religioso con la ciencia y su
carácter ético surge al considerar
el estatuto del embrión, es decir, la discusión que
surge en torno a la
definición de si el embrión es o no humano, es
decir, a partir de qué momento se es humano. Decimos,
desde una antropología y una ética
personalista, que desde el momento de la fecundación hay otro ser distinto a las
células
progenitoras, y es ya una persona. El hecho de que no se valga
por sí misma, su diminuto tamaño y la forma
indefinida, no son argumentos para decir que el embrión no
es persona. Fundamentados en la metafísica, si ese pequeño ser, el
embrión, puede llegar a ser un humano como lo entendemos
todos, es que en su ser posee la potencialidad de ser hombre. Por
tanto, si ese aglomerado de células es potencialmente
humano y posee las condiciones necesarias para serlo, entonces
recibe la dignidad humana y es persona, como lo consideran las
religiones: católica, cristianas, orientales, musulmanas,
etc.
1.6.-Los científicos cristianos y el
magisterio:
Es evidente que hay diferencias entre los mismos
científicos cristianos y el magisterio al tratar de
definir la licitud o ilicitud de los medios de
reproducción asistida. Algunos califican de moralmente
lícita la inseminación artificial homóloga.
El fundamento del que se parte es el siguiente: se entiende el
acto conyugal en una doble vertiente, como acto de la persona y
como acto de la naturaleza. El acto de la persona consiste en la
unión sexual de los esposos como encuentro afectivo,
mientras que el acto de la naturaleza es el proceso natural,
físico, de la unión sexual (entiéndase
eyaculación, ovulación, fecundación,
etc.).
Si el acto conyugal, sostiene el Dr. Marsich, es un
verdadero acto de la persona, pero hay una falla en la naturaleza
que impide que todo se desarrolle como debe ser, ¿por
qué no ayudar a la naturaleza a funcionar perfectamente?
Moralmente es más grave que una pareja, sin razones,
tengan actividad sexual y obstaculicen la concepción, que
el que una pareja que se ama inmensamente recurra a la
técnica para solucionar un desperfecto de la naturaleza.
Este conflicto se empieza a resolver en las sociedades cultural y
políticamente más avanzadas, mediante el
reconocimiento de los gobiernos al derecho de cada persona a
decidir sobre su vida.
Por otro lado, se necesita con urgencia anticipada a los
problemas que plantean las TRA, la necesidad de establecer reglas
claras de convivencia y nuevas obligaciones
morales. Este reconocimiento lleva a estructurar nuevas
obligaciones éticas para los médicos que se
dediquen a realizarlas, que tomen en consideración a los
derechos
humanos, y que impliquen cambios acordes con una
aspiración común, la de traer al mundo niños
y niñas sanas que ayuden a sus padres a conformar una
familia cristiana.
1.7.-
Mito o
Religión.
Nunca la humanidad se ha liberado del mito o la
Religión por completo; aunque no se lleve una
religión que se practique, el temor a Dios es tan grande
que no nos liberamos nunca del sentimiento de culpabilidad
por el hecho de saber. "Mitos como el
del Edén o como el de Prometeo nos conmueven profundamente
porque sabemos que, de algún modo, dicen la verdad". La
ciencia y la técnica, en todas las fases de su desarrollo,
y sobre todo hoy que es una realidad la manipulación
genética, en las técnicas de reproducción
asistida, TRA, en el objetivo mismo de la prolongación de
la vida, o en las armas de
destrucción masiva, han suscitado siempre, y al mismo
tiempo, el entusiasmo y el miedo al sacrilegio. Observando
nuestro presente, ¿podemos pensar en sobreponernos a estos
sentimientos de culpabilidad "encendiendo la luz", teniendo como
programa un
conocer siempre más fundado, válido, útil?
Es difícil creerlo, si se piensa en el modo en que la
superstición se difunde, justamente, en el mundo de la
tecnología triunfante: o como reacción
oscurantista, regresiva, o como satisfacción ilusoria de
una sed exagerada de logros que la ciencia y la técnicas
"reales" no están –¿todavía?– en
condiciones de satisfacer.
Un modo de salir de este círculo que siempre se
repite –mito, conocimiento,
remordimiento– puede ser el del pesimismo radical
leopardiano, por el cual la verdad que podemos conocer acaba
siendo sólo la que muestra la
vanidad de cualquier esfuerzo humano realizado para elevarse por
encima del nacimiento y de la muerte; por
tanto, la imposibilidad, en el fondo, de salir de la
condición mítica.
Para la religión China, sin
embargo, podemos escuchar la enseñanza de Buda: en vez de buscar una
verdad diferente de las apariencias, de los mitos, en cuyo
interior se encuentran inmersos, prestando atención a las apariencias mismas, a sus
infinitos matices, a su pura y simple presencia, con una suerte
de abandono activo que, además, ha sido también uno
de los contenidos recurrentes de la mística cristiana.
Ellos quizás por su gran reproducción humana, no le
prestan tanta atención a oponerse a las TRA, ellos
establecen más normas reales de
anticoncepción.
1.8.- Religión y
Ciencia
La Junta de Educación de Kansas
votó el 11 de agosto de 1999 eliminar -con seis votos a
favor y cuatro en contra- de los currículos de los
colegios y escuelas estatales toda referencia al origen y
evolución del universo, de los
organismos y de los humanos. En los comicios del 7 de noviembre
de 2000, cuatro de los seis votantes a favor de esa
decisión fueron candidatos, pero tres no fueron
reelegidos, precisamente por su oposición a la
enseñanza de la evolución. La nueva Junta de
Educación ha votado restituir la enseñanza de la
evolución en las escuelas y colegios del Estado. Esto nos
enseña que la sociedad quiere conocer sus orígenes
y si en otra época ocurrió lo de Galileo, en este
momento las TRA, son una realidad que ha traído felicidad
a familias muy cristianas, que no dejan de creer en Dios, por
utilizar las técnicas que aporta la ciencia, a
través de los científicos escogidos por Dios para
que traigan buenas nuevas a los feligreses, que aman a Dios y le
han pedido que se haga su voluntad aquí en la tierra, de
ellos poder concebir su familia como le ocurriera a Sara. Kansas
es parte del ‘Cinturón de la Biblia’ que
incorpora a la mayoría de los Estados del sur de Estados Unidos,
donde predomina el fundamentalismo cristiano, sobre todo en las
iglesias bautistas y metodistas, y en dos sectas derivadas de
ellas, respectivamente, los Adventistas del Séptimo
Día y la Iglesia Pentecostal.
La Declaración de Independencia
de 1776 y la Constitución de 1787 son documentos
eminentemente liberales, frutos del racionalismo
iluminista de Jefferson, Franklin, Adams, Madison y otros
fundadores de la República norteamericana. Pero el
persistente fundamentalismo cristiano se remonta a los primeros
colonizadores de Boston y Nueva Inglaterra, llegados a partir de
1620, y a quienes se les conoce como los Peregrinos.
Venían de Inglaterra y Holanda, huyendo de naciones donde
se les perseguía por sus creencias religiosas
fundamentalistas.
Los fundamentalistas mantienen que la Biblia debe ser
interpretada literalmente. De poco sirve que teólogos y
obispos, tanto católicos como protestantes, prediquen que
no hay conflicto radical entre la ciencia y la fe cristiana. Juan
Pablo II afirmó, en octubre de 1996, la validez
científica de la teoría
de la evolución en un discurso a la
Academia Pontificia de Ciencias. El
Papa había dicho ya en 1981: «La Biblia nos habla de
los orígenes y composición del universo no para
proveernos de un tratado científico, sino con el
propósito de establecer las relaciones apropiadas del
hombre con Dios y con el
universo.
Las Sagradas Escrituras tratan simplemente de declarar
que el mundo fue creado por Dios, y a tal fin se expresan en los
términos de la cosmología en uso en los tiempos del
autor sagrado. Al mismo tiempo, la Biblia desea instruir a todos
los humanos de que el mundo fue creado para el servicio del
hombre y la gloria de Dios. Cualquier otra enseñanza sobre
el origen y constitución del universo es ajena a las
intenciones de la Biblia, cuyo propósito no es
enseñarnos cómo fue creado el firmamento, sino
cómo ir al cielo».
La Constitución de EE UU establece que el Estado no
puede ni propugnar ni prohibir la enseñanza de
ningún credo religioso. No obstante, los fundamentalistas
han buscado subterfugios para promover la enseñanza de la
Biblia y excluir la evolución del currículo escolar. Durante las primeras
décadas del siglo XX, Tennessee, Arkansas y otros Estados
promulgaron leyes prohibiendo la enseñanza de la
evolución en las escuelas y colegios estatales. En 1968,
el Tribunal Supremo dictaminó que tales leyes eran
contrarias a la Constitución.
Una nueva estrategia de los
fundamentalistas fue entonces promover leyes que mandaran que la
teoría evolucionista se enseñara juntamente con la
narración bíblica de la creación del mundo,
pretendiendo que ésta es también una
hipótesis
científica. La primera de tales leyes, promulgada en
Arkansas en 1981, fue declarada anticonstitucional en un juicio
al que fueron llamados a comparecer varios testigos
‘expertos’. Luisiana promulgó una ley
semejante que el Tribunal Supremo declaró también
contraria a la Constitución. Este borrador del texto
científico ocupa la mayor parte de un documento
(‘Amicus Brief’) presentado por la Academia Nacional
de Ciencias.
Los fundamentalistas alegan que la evolución, como dicen
los mismos científicos, es una
‘teoría’, de lo que se sigue que no tiene
validez científica, pues no es un ‘hecho’. La
ciencia se basa en la observación, dicen, pero nadie ha observado
el origen y evolución del universo o de las especies de
los animales y la misma especie humana.
Aparentemente en este momento surge el interrogante de
la ciencia por encima de lo sobrenatural, si expresamos el temor
de que la Biblia es estática y
no dinámica; Al mismo tiempo, la Biblia desea
instruir a través del conocimiento a todos los humanos de
que el mundo fue creado para servir a la humanidad y para la
gloria de Dios. Sobre el origen y constitución del
universo se han tejido varias teorías
pero nunca con las intenciones de contradecir la Biblia, cuyo
propósito no es enseñar cómo fue creado el
firmamento, sino cómo llegar a Dios, como tampoco se
quiere sustituir a Dios en el aliento de vida que le da a la
materia que se
transfiere en las TRA, El óvulo y el espermatozoide que al
juntarse se convierten en un nuevo ser gracias al don
divino».
Pero lo que se observa en ciencia no son las proposiciones de las
teorías, sino sus consecuencias. La teoría
heliocéntrica de Copérnico afirma que la Tierra
gira alrededor del Sol. Nadie ha observado tal cosa, pero
sí sus consecuencias numerosas. Aceptamos que la materia
se compone de átomos, aunque nunca los hemos visto.
De manera semejante, la teoría de la evolución
afirma, por ejemplo, que los humanos y chimpancés
descienden de antepasados comunes, que vivieron hace sólo
unos millones de años. Se deduce de tal proposición
que las dos especies deben ser muy semejantes
genéticamente, como se comprueba al observar que el 98% de
nuestro ADN es
idéntico al de los chimpancés, y con muchos otros
experimentos.
Un error de los fundamentalistas es no reconocer que la palabra
‘teoría’ tiene significado diferente en la
ciencia y en el lenguaje
común. En lenguaje
ordinario, ‘teoría’ significa algo con poco
fundamento, como cuando alguien expresa a sus amigos «tengo
mi propia teoría sobre quién fue el asesino del
presidente Kennedy». En ciencia,
‘teoría’ se refiere a una explicación
científica de amplia envergadura y consecuencias
importantes apoyadas por la evidencia. Así, la
teoría atómica explica por qué oxígeno
e hidrógeno se combinan de una manera
particular, con arreglo a la fórmula H2O, que es el agua.
«Darle a cada uno su oportunidad», el sentido de lo
que llaman ‘fair play’, es algo profundamente
arraigado en la
personalidad estadounidense. Esta inclinación a ser
‘fair’, o imparcial, predispone a los americanos a
tolerar la enseñanza de ideas contradictorias. Así,
en una encuesta de
Zogby llevada a cabo en enero de 2001, el 57% de los
norteamericanos es partidario de que se enseñen en las
escuelas tanto el creacionismo como el evolucionismo. (El 21%
quiere que se enseñe sólo la evolución; el
12%, sólo el creacionismo; y el 6% no está seguro.)
En la enseñanza científica, tal imparcialidad
está fuera de lugar. Vivimos en un mundo penetrado por los
avances precisos de la ciencia y la tecnología:
automóviles y aviones, puentes y rascacielos,
teléfonos y ordenadores, medicamentos y cirugía,
etcétera. Cuando tomamos un antibiótico, subimos a
un avión o cruzamos un puente, contamos con que
están construidos con arreglo a principios
científicos: la evolución en vez del mesmerismo, el
heliocentrismo en vez de la astrología, la mecánica newtoniana en vez de la
teoría humoral.
La enseñanza religiosa tiene su lugar apropiado
en la familia, la iglesia y los centros religiosos, pero no en
las asignaturas científicas. En los colegios estatales
norteamericanos, donde debe mantenerse la imparcialidad
religiosa, es posible estudiar la Biblia y las doctrinas
religiosas cuando se enseña la historia de las religiones o
de las ideas. La Biblia y el cristianismo
han jugado un papel crucial en la historia del mundo occidental.
Pero enseñar la narración del origen del
universo del ‘Génesis’ como si fuera una
teoría científica es un insulto tanto contra la
religión como contra la ciencia.
1.9. – La religión y el Espacio
Laico.
El espacio laico es en realidad donde la religión
ha dejado de ser un factor conflictivo. Se ha desarrollado
más, en el Occidente moderno, dentro de un más
amplio, y menos reconocido, espacio religioso de origen
cristiano, o judeocristiano, o bíblico. Podemos expresarlo
de muchas maneras: por ejemplo, con el reconocimiento de que la
secularización que caracteriza a la modernidad (al
igual que la racionalización capitalista, vinculada por
Weber a la
ética protestante y al monoteísmo bíblico)
es un fenómeno típico del mundo cristiano. O
asumiendo que, también paradójicamente, la idea
misma del pluralismo de las culturas existe, y tuvo su
desarrollo, en el interior de una cultura específica, la
de Occidente (…) La tesis que se pretende sostener es que,
por un lado, hay en la actualidad signos
evidentes de que en muchas comunidades cristianas (en las
diversas Iglesias y confesiones) se extiende la tentación
de oponer, al universalismo comprometido con el eurocentrismo
del pensamiento y de la política occidental
moderna, formas de cerrazón que van de los diversos tipos
de comunitarismo (con la vuelta de un cierto apartheid de la
cultura) al verdadero y propio fundamentalismo no claramente
opuesto a ramificaciones violentas; por otro lado, al creer que
puede ser ajeno a los resultados perversos del racionalismo
moderno, de la secularización, etc., el cristianismo, en
realidad, renuncia a su misión de
civilización, que sólo podría recuperar
reencontrando, bajo formas, por supuesto, ya ni evolucionistas ni
imperialistas, su propia y profunda solidaridad con
el destino de la modernización. Es como si la alternativa
ante la cual se halla hoy el cristianismo como un término
genérico: ¿con él se entiende la Iglesia
católica? ¿Las Iglesias cristianas? ¿El
pensamiento de los creyentes?… fuese: o cargar a cuestas con el
destino de la modernidad (y de su crisis, de su
paso a lo postmoderno) o, por el contrario, reivindicar su propia
otredad. Pero este nuevo encuentro con todas las religiones
vinculadas al destino de la modernización, elige una
segunda vía –y hay signos, que orientan a que las
sociedades se incorporan al modernismo ya
sea porque llegan con la transcultura de un país
desarrollado a uno menos desarrollado, de que existe tal
tentación– renunciaría a ser una
civilización y un mundo para volver a convertirse en lo
que quizás era en el origen: una secta entre otras muchas
y un elemento objetivo de disgregación social. En este
momento que entra la globalización y el Internet se hace
dueño de los medios de
comunicación, los seres humanos conocen las
últimas técnicas que se desarrollan y en ocasiones
en el momento que éstas se están produciendo, por
lo que ya, las parejas con problemas de infertilidad cada
día conocen los procedimientos y
en ocasiones podrían contarlos con lujos de detalles a su
médico tratante y exigirlos dentro de su población o sociedad, no importa si
está preparada para desarrollarla, en sus componentes
religiosos, éticos o legales.
Esta es una gran verdad que orienta al mundo a pensar
en llevar límites dentro de esta nueva libertad, a
entender que es necesario reflexionar sobre lo que establece Pico
della Mirandola: "la única esencia del hombre es la de no
tener una esencia, y de elegirla libremente". No hay
límites a nuestra libertad de hacer las leyes sino en el
respeto de la
igual libertad del otro. Y donde el otro, como en el caso de las
TRA, los resultados de ésta, en el caso de los
óvulos fecundados o embriones, no puede ser consultado, no
es difícil dirigirse a sus tutores "naturales", que le son
más cercanos: la madre, sobre todo; y en los casos,
ciertamente más complicados, de la fecundación
asistida; o, al otro extremo, cuando se habla de eutanasia
–también aquí, como antes de nacer,
dependemos "naturalmente" de otros, en quienes por lo
demás podemos confiar voluntariamente con un "testamento
biológico". Incluso el problema de la
clonación humana, dado que se mueve en un terreno
científicamente todavía incierto, sobre todo en lo
que respecta a la seguridad y al no
perjuicio de los procedimientos– se puede dejar la
decisión a la libre, y obviamente informada,
elección democrática. Estas preguntas sin
respuestas llevan a la humanidad a desarrollar leyes, normas y
preceptos que orienten las sociedades científicas para
evitar el verdadero y puro carácter homicida.
Las leyes que prohíben la investigación
sobre células embrionarias (investigación que
podría acelerar el descubrimiento de curas para muchas
enfermedades, de
la diabetes al
cáncer o al sida) muestran la
urgencia de abandonar el fantasma de la ley "natural", que
últimamente ha hecho prosélitos también en
el pensamiento de filósofos seguramente democráticos y
liberales. Pero en este momento parece difícil luchar
entre la Religión y la ciencia.
Hasta fechas muy recientes, los matrimonios
infértiles se veían obligados a tener que aceptar
su suerte o recurrir a la adopción.
La ciencia y la técnica no ofrecían solución
alguna a sus deseos de descendencia cuando la naturaleza se
revelaba hostil. Sólo quedaban los remedios populares en
las diversas culturas: religiosos, mágicos, etc. En la
actualidad, los avances científicos y técnicos han
permitido reactivar la esperanza a estos matrimonios, sin
conseguir siempre satisfacer sus aspiraciones.
Por reproducción asistida se entiende todo
proceso tecnocientífico en el que, no de manera natural y
en relación directa con el uso de la ciencia y la
tecnología, se logran obtener resultados de
reproducción de seres vivos de manera
artificial.
Como hemos visto la religión que más se
opone a la reproducción asistida en humanos, es la
Católica. Esta religión desde hace varios siglos
cuenta con hombres de ciencia que dentro de la población
han trabajado para el conocimiento de la misma, sabedores de que
la ciencia, y con mucha más ventaja en cuanto a
años y desarrollo tecnológico, ha logrado este tipo
de resultados reproductivos en animales.
El término de reproducción asistida
también ha sido llamado reproducción
artificial, entendiéndose lo mismo aunque sólo
haciendo mayor relevancia al lugar de trabajo: el
laboratorio. Artificial o asistida, el caso es que el hombre, con
su ingenio y desarrollo científico, interviene en procesos
que deberían ser naturales, pero que por alguna
razón no pueden ser así. La técnica, la
ciencia y el ingenio humano se conjugan, por la sabiduría
de un ser superior: Dios, y traen por consecuencia resultados
idénticos al de la reproducción natural.
"Hagamos al hombre a nuestra imagen y conforme a
nuestra semejanza." Génesis 1:27.
1.10- El Dios Shamash, El
Código de Hamurabi y la Reproducción
Humana.
La figura del matrimonio tal y como lo entendemos ahora,
data de 1500 a. d. C. Está recogido en el código
Hammurabi.
El cristianismo no ha hecho más que recoger la
tradición. Y estos son hechos tradicionales y religiosos,
no opiniones. Esto no es un problema de "católicos" y
"parejas". Esto es un problema de tradición de 3500
años y capricho actual. Las parejas a veces escogen pedir
a otra persona que done óvulos, esperma o un
embrión. (Embrión es la palabra que
usa para describir el organismo humano desde la concepción
hasta aproximadamente la semana 8va. Otras hacen arreglos con una
mujer para que cargue el bebé por ellos. Estas
opciones envuelven asuntos serios religiosos, éticos y
legales y se deben tomar con mucho cuidado. El Código de
Hamurabi, aunque no toca como tal la reproducción
asistida, establece el matrimonio para la procreación de
los hijos.
La Estela es donde se hallan grabadas las 282 leyes
del Código de Hammurabi. En la parte superior el rey
Hammurabi (en pie) recibe las leyes de manos del dios Shamash. La
estela fue encontrada en Susa, a donde fue llevada como
botín de guerra en el
año 1200 a. C. por el rey de Elam Shutruk-Nakhunte.
Actualmente se conserva en el Museo del Louvre
(París).
El Código de Hamurabi no contiene normas
jurídicas acerca de temas religiosos. Las bases del
Derecho penal
derivan del principio común entre los pueblos semitas, del
"ojo por ojo". La protección del Código se ofrece a
todas las clases
sociales babilónicas: el Derecho protege a
débiles y menesterosos, mujeres, niños o esclavos
contra la injusticia de ricos y poderosos.
Sorprende la consideración que recibe el
individuo en el Código, teniendo en cuenta la época
en que fue promulgado, y constituye un documento excepcional para
conocer cómo era la justicia en tiempos de Hamurabi.
Finaliza con un epílogo que glorifica la ingente labor
realizada por Hamurabi para conseguir la paz, con una
explícita referencia a que el monarca fue llamado por los
dioses para que "la causa de la justicia prevalezca en el mundo,
para destruir al malvado y al perverso". Describe además
las leyes como medio para que "la tierra disfrute de un gobierno estable
y buenas reglas", que se dicen escritas en un pilar para que "el
fuerte no pueda oprimir al débil, y la justicia
acompañe a la viuda y al huérfano". Hamurabi
aconseja al oprimido con estas enérgicas y sonoras
palabras: "que el oprimido que tenga una causa verdadera venga a
presencia de mi estatua, a mí como rey de la justicia, y
que lea en voz alta la inscripción y escuche mis preciosas
palabras para que le lleven claridad y entendimiento a su causa,
para que su corazón
encuentre alivio".
En las culturas del Próximo Oriente Antiguo son
los dioses quienes dictan las leyes a los hombres, por eso, las
leyes son sagradas. En este caso es el dios Samash, el dios sol,
dios de la Justicia, quien entrega las leyes al rey Hammurabi de
Babilonia (1790-1750? a. C.), y así se representa en la
imagen que figura sobre el conjunto escrito de leyes. De hecho,
antes de la llegada de Hammurabi al poder, eran los sacerdotes
del dios Samash los que ejercían como jueces pero
Hammurabi estableció que fueran funcionarios del rey
quienes realizaran este trabajo, mermando así el poder de
los sacerdotes y fortaleciendo el del propio monarca.
El código de leyes unifica los diferentes
códigos existentes en las ciudades del imperio
babilónico. Pretende establecer leyes aplicables en todos
los casos, e impedir así que cada uno "tomara la justicia
por su mano", pues sin ley escrita que los jueces hubieran de
aplicar obligatoriamente, era fácil que cada uno actuase
como más le conviniera. Hoy por hoy existen las leyes y
existe la religión como forma de establecer una
expresión significativa del señorío del
hombre sobre la creación.
1.11.-La Iglesia Católica y la Pontificia
Academia de las Ciencias:
Los científicos expresan:
Es muy triste que el Vaticano se preocupe por la
ciencia, solo cuando se trata de técnicas de
reproducción asistida.
Se sabe que la Iglesia cuenta con la Pontificia Academia
de las Ciencias donde se dan cita grandes personalidades del
mundo científico. Por eso sabe bien de lo que habla cuando
toca temas morales como la reproducción in
vitro o la clonación humana. Viene avalada por los
mejores asesores. Debido a esto no debe la Iglesia, cerrar tanto
la conciencia de sus seguidores, debería supervisar
el trabajo de
los investigadores y tratar de establecer como dice la
Biblia:
"Dios ha creado el hombre a su imagen y semejanza:
«varón y mujer los creó» (Gén.
1:27), confiándoles la tarea de «dominar la tierra
» (Gén. 1:28). La investigación
científica, fundamental y aplicada, constituye una
expresión significativa del señorío del
hombre sobre la creación. Preciosos recursos del hombre
cuando se ponen a su servicio y promueven su desarrollo integral
en beneficio de todos, la ciencia y la técnica no pueden
indicar por sí solas el sentido de la existencia y del
progreso humano. Por estar ordenadas al hombre, en el que tienen
su origen y su incremento, reciben de la persona y de sus valores
morales la dirección de su finalidad y la conciencia de
sus límites".
1.12-Las Religiones frente al valor
especial de la vida humana.
Como se ha explicado, todo ser viviente fue creado por
Dios y merece nuestro mayor respeto. Es más, la Biblia
explica que Dios encomendó al hombre la responsabilidad de
gobernar la creación entera y de velar por ella; que
hacerlo es nuestro deber; y que el ser humano habrá de
rendir cuentas de su
gestión
en el día del juicio (Apoc. 11:18). Sin embargo, la
enseñanza bíblica atribuye un valor especial a la
vida humana, ya que el hombre y la mujer
están hechos a imagen y semejanza de Dios (Gén.
1:27). Es esto, y no meramente el hecho de ser sus mayordomos, lo
que confiere a los seres humanos la gran dignidad que
tienen.
La vida animal y vegetal están a
disposición del hombre para su sustento y mantenimiento
– aunque éste debe mostrar
hacia ellas el respeto debido (en Gén. 9:3-5 la
prohibición de comer carne con sangre parece
apuntar en esa dirección), pero el derramamiento de sangre
humana se considera un delito digno de
la pena capital,
precisamente, "porque a imagen de Dios es hecho el hombre"
(Gén. 9:6); el homicidio
está por ello prohibido por el sexto mandamiento de la ley
de Dios, que dice: « No
matarás» (Éxodo
20:13). La Epístola de Santiago expresa, además,
que no debemos siquiera maldecir a los hombres porque
"están hechos a la semejanza de Dios" (Santiago 3:9) Estos
pasajes de la Biblia, nos llevan a entender parte de la actividad
científica de las TRA, cuando ayudan a la pareja a poder
cumplir con los mandatos de Dios, sobre la tierra,
multiplicándose para que esos seres puedan gobernar la
creación y velar por ella.
1.13.-La condición actual del ser
humano y las Religiones:
El Viejo Testamento, único para todas las
religiones, establece que el ser humano ya no es el mismo que
cuando Dios lo creó en un principio. La desobediencia del
primer hombre y la primera mujer al mandamiento de su Creador,
que nos relata el capítulo 3 del libro del
Génesis (Gén 2:16, 17), trajo consigo la desgracia
de la muerte y de la
corrupción
a toda la humanidad y al resto del mundo creado (Rom. 5:12;
Gén. 3:17-19; Rom. 8:20). Con lo que se conoce como la
caída de Adán se distorsionó la imagen de
Dios en el ser humano, convirtiéndose éste de un
cuidador de la vida y la naturaleza, en el mayor depredador de
sus semejantes y de toda la creación, y
necesitándose sólo de los avances
científicos y tecnológicos que hoy en día
tenemos a nuestro alcance para darle a la vida en el planeta el
golpe de gracia.
Esta naturaleza
humana caída la hereda hoy en día todo hombre y
toda mujer que viene al mundo, y es lo que se conoce en
términos teológicos como el "pecado original".
Nacemos con la imagen del hombre caído en nosotros: la
imagen del Creador distorsionada por el pecado de Adán, la
cual sólo Cristo puede restaurar (Gén. 5:3; Col
1:15; 3:10; 1 Cor. 15:49). Aun así la Biblia sigue
considerándonos portadores de la imagen divina y
acreedores a una gran dignidad. Pero el ser humano ha convertido
el mundo creado por Dios, y declarado "bueno en gran manera" por
él (Gén. 1:31), en un campo de batalla donde pugnan
los intereses egoístas. Estos escritos llevan a una
reflexión sobre la ciencia y la tecnología, donde
el fuerte se aprovecha del débil y donde hay guerras,
crímenes, o – como dice
Santiago- "perturbación y toda
obra perversa" (Santiago 3:15).
¿De dónde vienen las guerras y los pleitos
entre vosotros?- sigue diciendo
Santiago- ¿No es de vuestras
pasiones, las cuales combaten en vuestros miembros?
Codiciáis y no tenéis; matáis y
ardéis de envidia, y no podéis alcanzar;
combatís y lucháis, pero no tenéis lo que
deseáis… (Santiago 4:1, 2)
El primer hecho sangriento del que tenemos noticia
después de la caída fue el fratricidio de
Caín en la persona de su hermano Abel. Y la Biblia explica
que la situación del mundo no ha cambiado desde entonces;
es más, el apóstol Pablo anuncia un empeoramiento
del carácter humano en los últimos tiempos (2 Tim.
3:1-5). La Iglesia Reformada Episcopal conocedora de estos
problemas, se une a otros sectores de la Iglesia cristiana que
reclaman la protección de la vida humana desde el momento
de su concepción; ya que si en el pasado había
dudas en cuanto a cuándo comienza la vida en el interior
de la madre, o en las técnicas de Reproducción
Asistida, TRA, ahora está claro que ese momento es el de
la fecundación del óvulo por el espermatozoide,
(otras consideraciones son más bien de carácter
especulativo).
Por esa misma causa, la Iglesia se opone a la producción de embriones por técnicas
de reproducción asistida que no sea con la finalidad de
llevar a término su gestación sin que haya
excedentes que tengan luego que congelarse o destruirse. Tampoco
el uso o la manipulación de dichos embriones con fines
terapéuticos u otros que no tengan por objeto el beneficio
del propio embrión se pueden considerar más que un
atentado contra la dignidad o la vida de seres humanos inocentes.
La Iglesia cristiana y la Iglesia Reformada Episcopal no
están en contra de las TRA, lo que quieren es una claridad
sobre los hechos relacionados con los embriones
sobrantes.
1.14.- La Religión y la necesidad
de autoridades civiles
El apóstol Pablo se hace eco de esta realidad de
la humanidad caída cuando afirma que las autoridades
civiles están puestas por Dios para juzgar y castigar a
los que hacen lo malo (Rom. 13:1-5). Estas autoridades,
naturalmente, habrán ellas mismas de dar cuenta de
cómo hayan desempeñado su responsabilidad (Deum.
16:18-20; Isaías 10:1-3). Las palabras de Jesús de
"no resistáis al que es malo" en el Sermón del
Monte (Mateo 5:39), obviamente no van dirigidas a los gobernantes
y jueces de este mundo, que tienen el cometido de velar por la
justicia; puesto que la autoridad
civil, como dice Pablo, "no en vano lleva la espada, pues es
servidor de
Dios, vengador para castigar al que hace lo malo" (Rom.
13:4).
La preservación de la vida sobre la tierra y el
bien de la comunidad humana requieren el castigo del delincuente
por los magistrados (Núm. 35:30-34; Deut. 19:11-13). Por
otra parte, el "derecho a la vida" que encontramos en la Biblia
es el derecho a la vida del ser humano "inocente" (Sal 106:38),
para garantizar el cual en el Antiguo Testamento existían
toda clase de
mecanismos que lo protegían contra los errores de la ley
(Núm 35:9-34 habla sobre las ciudades de refugio a las que
podía huir el homicida que había matado a alguien
involuntariamente). En el caso de la práctica del aborto y de las
TRA, estamos hablando de la vida de un ser humano inocente que
tiene derecho a la vida como lo establecen las lecturas del Viejo
Testamento de la Biblia, lo que lleva a un encuentro con la
sociedad donde las autoridades civiles, tienen que velar por unas
leyes acordes con los tiempos donde se establezcan los
reglamentos y se haga cumplir, por los profesionales que se
dediquen a ejercer las técnicas de reproducción
asistida TRA, y los centros donde se realicen.
1.15.- La
religión frente al ¿matrimonio o
cohabitación?
Las Iglesias Cristianas explican a sus seguidores sobre
las TRA, para evitar la confusión sobre el valor o la
necesidad del matrimonio, como lo Expresa el Revdo. Juan
Sánchez Araujo: ¨para poder recibir ayuda a
través de las TRA, están llegando a nuestras
iglesias, hoy día, hermanos que se preguntan qué
mal hay en convivir como pareja sin estar casados; y querer
procrear los hijos teniendo problemas, por lo que se necesita
acudir a las TRA, si se está unida a una persona a la que
se quiere. ¿No puede considerarse a esa relación
como un matrimonio? «En el
principio…» El matrimonio es una
institución universal a pesar de sus diferentes matices
culturales.
Desde siempre la sociedad humana ha reconocido, apoyado
y defendido la unión entre un hombre y una mujer que hace
de ellos una nueva entidad social cuyo propósito es el
apoyo mutuo, la procreación y la crianza y la educación de los
hijos. El respeto por el matrimonio beneficia a la sociedad
misma; de ahí que todas las razas y culturas lo hayan
reconocido y protegido.
La Biblia establece en el Antiguo Testamento, que el
matrimonio fue instituido por Dios nada más tras crear al
hombre, para proporcionar a éste el compañerismo y
la ayuda necesarios y hacer posible la procreación de
hijos (Gén. 1:27, 28; 2:18, 21-25). Sin embargo, es cierto
que Jesús despojó al matrimonio de aditamentos que
se le habían ido pegando a lo largo de la historia
– como la poligamia o el
divorcio– y reafirmó el
propósito inicial del mismo como una unión de por
vida entre un hombre y una mujer; y esto lo hizo
remontándose, precisamente, al relato bíblico de la
Creación que tenemos en el libro del Génesis
(Gén. 2:24).
Estas aclaraciones son las que llevan a la sociedad a
buscar ayuda en las legislaciones terrenales, para evitar que las
TRA, se realicen sin un control claro. Tanto la poligamia como el
divorcio han
sido practicados y se practican todavía en diferentes
culturas; e incluso se toleraron en el pueblo de Israel en los
tiempos del Antiguo Testamento (Gén. 35:22-26; Deut
24:1-4). Pero, empleando las palabras de Jesús, «al
principio no fue así». Esas prácticas no
formaban parte del plan inicial de
Dios para la pareja humana. En Mateo 19:4-6, Cristo,
deslegitimando el divorcio – salvo en
el caso de infidelidad de uno de los cónyuges (v.
9)- , dejó claro el
carácter permanente de la unión entre un hombre y
una mujer: «Así que no son ya más dos, sino
una sola carne; por tanto, lo que Dios juntó, no lo separe
el hombre» (v. 6).
Esta parte de la Religión cristiana arroja
más luz sobre la forma de cómo reglamentar las TRA,
en las parejas que las necesitan, para formar una familia estable
y de amor, bajo la
bendición de Dios su creador.
Por otro lado las iglesias cristianas aportan sobre el
sentido del matrimonio, entre un hombre y una mujer, como lo
establece La Biblia distingue, por tanto, entre
«matrimonio» y «fornicación»: lo
uno es un estado honroso, mientras que lo otro merece el juicio
de Dios (He 13:4). «Fornicación» (en griego
porneia, de donde procede la palabra «pornografía») significa en su sentido
más amplio «inmoralidad sexual»; pero de un
modo más específico se aplica a las relaciones
sexuales entre hombre y mujer fuera del matrimonio.
Están de acuerdo con la inseminación
homóloga y heteróloga. Bajo los parámetros
establecidos de inseminación no acto conyugal.
¿Y cuál es la diferencia entre lo uno y lo
otro? El matrimonio es un pacto de por vida (de ahí la
incongruencia del divorcio), entre un hombre y una mujer (lo cual
deja fuera a las relaciones homosexuales), excluyente de terceros
en cuanto a las relaciones sexuales (de otro modo sería
adulterio),
independiente respecto de las familias del esposo y la esposa
– «Dejará el hombre a su
padre y a su madre…» (Gén 2:24a), y cuyo
propósito es satisfacer la necesidad de
compañerismo, intimidad y asistencia mutua entre los
cónyuges – «y se
unirá a su mujer, y los dos serán una sola
carne» (Gén 2:18, 24b)-
y, si Dios lo concede, traer hijos al mundo (Gén 1:28). La
fornicación no cumple estas condiciones, y en algunos
casos no es más que una búsqueda egoísta e
incluso perversa del placer sexual sin ningún tipo de
compromiso subyacente.
En todas las culturas, aun en aquellas que no han tenido
acceso a la revelación bíblica, se le reconoce una
importancia especial al pacto matrimonial y se defiende el mismo
contra las amenazas internas y externas. ¡En todas las
culturas menos en la sociedad occidental moderna! En esta
última el matrimonio está cada vez más
desprotegido y despojado de su dignidad, al tiempo que se
promueven todo tipo de sucedáneos, cuando menos mucho
más pobres y frágiles, y en el peor de los casos
sumamente nocivos.
¿Qué mal hay –
se preguntan algunos- en que el
matrimonio no dure para toda la vida? ¿O por qué ha
de ser solamente entre un hombre y una mujer? ¿O
qué perjuicio puede haber en las relaciones sexuales fuera
del matrimonio si la pareja se siente atraída o se quiere?
Los males son muchos, y de muy distintas índoles. Las
relaciones sexuales sin un pacto de por vida son egoístas
– «placer sí,
responsabilidad no»- y carecen
por lo tanto de ese factor que puede llevarlas a su madurez y
plenitud. ¡Hay mucha gente vacía y destrozada por
ahí de tanto picar aquí y allá; de tanto
hacerse «una sola carne» con éste y con
aquél! (1 Cor. 6:16).
Por otra parte, cuando dos personas del mismo sexo
contraen matrimonio, como ocurre en diferentes países
occidentales se establece una confusión en la sociedad
sobre el carácter complementario de los dos sexos
biológicos y el derecho a la procreación, que se da
en la relación entre hombre y mujer. Este derecho en estos
momentos puede traer grandes consecuencias para la humanidad y
conduce a la larga a la extinción de la especie humana
(por faltar la capacidad reproductora). Estos
«matrimonios» por ley y derecho en esos
países, llevan aparejados además el derecho a la
adopción de hijos, que mañana no tendrán en
el hogar un modelo de
referencia masculino y femenino, tendrán un aprendizaje de la
relación entre un mismo sexo.
Por otro lado pensando en la unión libre de una
pareja de diferente sexo, cierto es que algunas cohabitaciones
pueden estar sustentadas por un pacto tácito que las
convierte en matrimonios de hecho –
aunque no existan papeles civiles o religiosos que den fe de
ello- , pero eso sólo lo sabe
Dios, que conoce los corazones, y no puede pedirse, por ejemplo,
a la iglesia que admita tales matrimonios; y cierto es,
también, que muchos de los matrimonios que han pasado
«por la vicaría» o por el juzgado, teniendo
todos sus documentos en orden, no son matrimonios en absoluto,
porque no existe compromiso de por vida ni de fidelidad mutua
entre los cónyuges.
Las parejas que van a recibir las TRA, sin regularizar,
que tienen la esencia del matrimonio en su relación, pero
no son casados, cuyo compromiso no es más que una
unión ente los dos, debe presentar datos de personas
que conozcan a la pareja como lo establece el Revdo, Juan
Sánchez Arahujo. "Una pareja no puede someterse a las TRA,
si antes no se conoce su filiación con la pareja que lleva
a la consulta¨.
La sabiduría de la Palabra de Dios resulta
evidente para todo el que esté dispuesto a reconocerla;
como también la insensatez de los sucedáneos
modernos del matrimonio, vistas las consecuencias que
están produciendo. La inestabilidad en las relaciones, los
celos y la violencia
doméstica, muchos hijos sin un hogar estable o desgarrados
entre el amor y la
lealtad al padre o a la madre, el sida y otras
enfermedades de transmisión sexual, etcétera, dan
testimonio del fracaso de los nuevos modelos
sexuales.
La norma bíblica del matrimonio como un pacto de
fidelidad mutua y de por vida entre un hombre y una mujer, hecho
público según las normas vigentes de la comunidad a
la que se pertenece, y coronado por la unión sexual, sigue
siendo el modelo más efectivo para la felicidad de la
pareja, el bien de los hijos y el bienestar de la sociedad.
¡No es lo mismo matrimonio que
cohabitación!
En lo relacionado a la cohabitación, se han
tejido varias teorías, bajo el planteamiento de los gay,
pero ésta significa empezar las cosas al revés: el
acto sexual, no es el que daría como resultado la
reproducción humana, se trivializa y acaba siendo
contraproducente: ya que en vez de procrear adoptan, con
perjuicios para la pareja y para los hijos que forman ese
núcleo aberrante. Las TRA no se deben utilizar para dar a
estas parejas de gay hijos, debido a que las técnicas
creadas por el hombre, independientemente de la forma natural,
están destinadas a poner en contacto los elementos
ontogenéticos del hombre y la mujer, el espermatozoide con
el óvulo, con el pretendido resultado de una
fecundación. Estos elementos no están presentes en
la unión gay, el binomio hombre–mujer que da como
resultado la reproducción, faltaría.
Las TRA, no deben ser consideradas como una
solución terapéutica "ni como un medio alternativo
de procreación latu-sensu para parejas
infértiles hombre–mujer, sin constituir pareja, como
sujetos individualizados que pretendieran beneficiarse de las
ventajas del procedimiento"
1.16.- Las religiones y la Donación de
gametos
Es interesante anotar que en este tema, no todas las
religiones se han pronunciado en contra. Al revisar la bibliografía hasta el
momento, solo encontramos dos: la católica y el Islam de los
musulmanes. El Islam se mantiene en medio de dos puntos de vista
extremos; por otra parte, la Iglesia Católica Romana ha
condenado categóricamente la fertilización in
vitro, la inseminación artificial y la maternidad
suplente. A su vez, los liberales y las religiones cristianas
permiten estos métodos, con las reglas ya explicadas
anteriormente. El Islam, permite las nuevas
tecnologías de reproducción, mientras se
realicen entre parejas casadas.
El documento Donum Vitae de la Iglesia Católica,
en su parte III dedicada a la legislación, no propone
prohibir la fertilización asistida. Exige que la ley civil
"no podrá legalizar la donación de gametos entre
personas que estén legítimamente unidas en el
matrimonio católico, y los casados no podrán
utilizar los bancos de
embriones, la inseminación posmorten y la maternidad
sustituta".
Tanto la iglesia Católica como la judía
condenan el empleo de
gametos extraños al matrimonio como un adulterio.
Parecería que se le considera igual que un ayuntamiento
carnal con alguien que no sea su cónyuge, y sin su
consentimiento.
Para la convivencia entre la pareja y el nuevo ser, en
primer lugar, se daría una asimetría frente al
niño; este es hijo genético de uno de los dos
cónyuges, y adoptivo del otro. ¿Podría
generar esta situación conflictos en la adolescencia,
en el momento de la rebeldía de esta edad? Los
psicólogos responderán. La reflexión debe
basarse en la doctrina del equilibrio de
los valores. ¿Cuál es el objetivo? Tener un hijo,
ser iguales a los demás matrimonios, acceder a la
familia.
¿Qué es lo discutible? El emplear como
medio la masturbación, cuyo fin no es el placer en
sí mismo; es en general un verdadero sacrificio para
obtener el líquido seminal. En un matrimonio que conforma
una comunidad de amor, con un sinfín de relaciones
sexuales que expresan su vocación procreativa, la balanza
se debe inclinar por la vida y la procreación.
En la mayoría de las consideraciones sobre las
TRA, las religiones cristianas toman en cuenta diversos
componentes
- La paciente y su médico, como entes
separados en interacción. - La familia de la paciente: el marido y el producto
de la concepción. - La sociedad en que esos individuos y núcleos
familiares se desenvuelven. - Las experiencias habidas con el procedimiento o
metodología considerados y –si no
hubiese habido ninguna- los requisitos imprescindibles para
su aplicación. - La legislación vigente o en vías de
materialización que rige la deontología
médica, definida como el estudio de los principios,
fundamentos y sistemas
de moral, en ese país, área o
región. - Los factores religiosos involucrados que
varían de acuerdo con las pacientes que han de
someterse al procedimiento, el médico que lo aplica, y
las sociedades que se consideren.
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